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lunes, 12 de abril de 2010

Mecánica, electrónica , talleres


Hace tiempo llevé mi coche al taller del concesionario. Ahí voy porqué siempre me han tratado bien a lo largo de seis años. Esta ultima vez entró por una revisión rutinaria y para arreglar la calefacción que era la única cosa que no funcionaba y me encontré que la estancia de un día se transformó en estancia de 5 días con todos los problemas que me acarreó ya que necesito el coche para ir al trabajo, que a las 4 de la mañana no hay transporte público. Además no se me avisó de esto y no se me mantuvo informado y tuve que llamar varias veces para saber que era lo que pasaba y porqué tardaban tanto en devolvermelo. Bueno, al final conseguí descuentos pero claro está tuve que pagar igualmente una cifra bastante elevada. Al cabo de unos días lo volví a llevar ya que se me presentó un "nuevo" problema, que claro en el taller se me dijo que no tenía nada que ver con la reparación, pero ya el auto no funcionaba como antes y estaba seguro como estoy seguro ahora que al haber tocado y desmontado todo el motor algo tienen que haber hecho mal para que no vuelva a ser el coche de antes. Lo arreglan, acuso y pago una vez más. Pero este problema era persistente así que lo llevé una tercera vez y por fin me aseguraron haber localizado el malfuncionamiento y solucionado. Voy, pago lo mío por tercera ves después de haber protestado no poco y por fin salgo del jodido taller seguro de que todo estaba ya bajo control, y algo aliviado de este sufrimiento, seguí con mi vida normal. Han pasados dos días más y hoy mismo lo llevé de nuevo al taller porqué el problema sigue allí, y la verdad que ya me tienen contento por no decir que me tienen hasta la polla. No he dicho nada, pero supongo que esta tarde me dirán si han encontrado algo pero queridos, no pienso pagar ni un duro más, o más bien ni un céntimo más que ya hace años que estamos con el euro.
No quiero aquí caer en tópicos de tipo "que hijosputa los del taller!" y dejo cada uno opinar lo que quiera. Solo digo que:
no son ellos los profesionales que se supone saben donde poner las manos? no son ellos los que tienen todos los instrumentos para hacer averiguaciones, pruebas y chequeos varios? Porqué siempre hemos de pagar nosotros conductores la ineficacia y la poca efectividad y la poca capacidad de resolución de los mecánicos?Aquí me planto porqué señor@s estoy hasta el coño que no tengo. He dicho!!!

lunes, 5 de abril de 2010

más sueños


Con la llegada de una amiga mía de Italia, y lo digo porqué igual ha sido mediadora, he hecho un par de sueños un poco raros a los que no les encuentro explicación alguna admitiendo que exista claro está. Aquí van:


EL PIANO
estaba andando en medio de una calle bastante ancha ( que me acordaba a honor de la verdad una calle que me había recorrido cuando me fui de viaje a Montreal) y a los lados había puestos como los del mercado. La calle estaba bastante repleta de gente. Recuerdo estaba a gusto y curioseando por aquí y por allí. De repente la calle se volvió pasillo, con luces de neón en el techo y me encontré con un grupo de gente que estaba comiendo todos sentados en el medio y que me invitaban a deleitarme del banquete. Rechazé la propuesta porqué sabía que iba con un poco de retraso pero no se a donde. A los pocos minutos de andar me encontré en medio de una sala muy grande y diáfana donde me estaban esperando dos personas. Me senté y me dijeron que ya podía empezar el examen. Les miré atónito y les dije que no podía hacerlo porqué faltaba el piano. Así que ellos me sacaron un cuaderno con hojas en blanco y me dijeron que ya podía hacerlo: puse mis manos encima de este cuaderno y empecé a tocarlo y aun que no salía el sonido de un piano sí salían sonidos bastante armónicos.


TENERIFE
estaba de excursión con esta amiga mía italiana en Tenerife. Estábamos subiendo el Teide y justo cuando decidimos bajar oímos un estruendo bastante grande. Me dí la vuelta y vi como un dique de contención del océano se vino abajo y la isla se estaba llenando de agua por doquiera, vamos una catástrofe. Así que decidimos ponernos a salvo en lo más alto pero justo cuando llegamos a la cumbre vimos que por el otro lado también estaba llegando el agua inundando campos, terrenos y casas. De repente vimos a una familia con la casa entera arrastrada por la inundación pero en un jardín de al lado había una niña con síndrome de down que estaba atada a un árbol. Así que me catapulté hacia ella y salvé no solo a ella, ya que el agua le llegaba a los tobillos, sino también a su hermana pequeña que merodeaba por ahí.