Ya no lo recordaba, y de repente, ....zasssss ... en toda la cara! Es duro, muy duro, cuando te gusta una persona, y lo único que quieres es pasar tiempo con ella, con calma y sosiego, para ir descubriendola, exactamente como persona: porqué uno ya no es adolescente, y el bagaje de experiencias que llevas te hace pensar y reflexionar. Pero todavía ocurre! Hay veces que en pocos momentos te sientes atrapado, y no sabes como actuar: quieres demostrar tu interés, tus ganas, en otras palabras tus emociones, pero el miedo a recibir una negativa al final puede más, y estás siempre, o casi, retenido en tu jaula de pensamientos, inquietudes y temores. Pero si una cosa he podido aprender en estos años es que las acciones y los actos pueden más que las palabras. Es así que me doy cuenta que no hay correspondencia, y eso duele, duele porqué las emociones se quedan ahí sin poderse expresar, y explotan en tu cuerpo como una súbita implosión. No queda que el tiempo haga su curso, y que la turbación pase, hasta el día que me despierte y podré decir: hoy es un nuevo día! Mientras, la conciencia de que estoy vivo, acompañada pero del quebranto de mi ser y de mi corazón.