Recién entregado en un nuevo proyecto que todavía no se si lo llevaré a cabo o es excusa para sentir que estoy haciendo algo útil con mi vida egoístamente hablando, me encuentro con la pregunta: "¿Cómo se establece el límite de los nombres (sustantivos) que traducimos y los que no?"
Mi respuesta me parecía algo lógica : "Tengo constantemente presente que la lengua, las lenguas son vivas y se van renovando, adaptando y modificando, sobretodo en los tiempos en que vivimos, los de la globalización, y la gente se está acostumbrando cada vez más a viajar y a conocer otras culturas y otros mundos y hacerlos suyos. Está claro que aquí sufrimos y soportamos continuamente aportaciones extranjeras: ¿spanglish? Con lo cual a mi parecer el límite está puesto constantemente por la actualidad, por el momento que se vive y que no olvida las tradiciones socio-culturales del país en que se reside y por la integración mundial. A falta de algo igual o parecido, o mejor dicho de un equivalente, se adopta y se hace propio. ¿queremos recordar el "balconing" y el "mamading" de hace pocos años?".
Bueno la respuesta fue : "Basta de talkear, back to work, pipol." basada en una experiencia en Estados Unidos, donde al parecer el interlocutor registró una pésima traducción y/o interpretación de los interpretes inglés-español utilizando el spanglish como si fuera lengua reconocida: "procedimos a vacunar la carpeta" decían, que no es otra cosa que " we vacuumed the carpet" es decir, "fuimos a pasar la aspiradora por la alfombra".
Bueno, quizás el caso americano sea un caso a parte, ya que cuando estás inmerso en otra cultura y otra lengua durante años y años, es normal que te falle tu propia lengua materna,.... a mi me pasa constantemente, cual buen extranjero......., pero ¿qué decir de los términos post, blog y tuit? Menos el primero, los demás están recogidos por la RAE.... y ¿qué decir de sus derivados, que oigo y leo cada vez más, como " he posteado.....", "he blogueado..." o "he tuiteado...."? No es síntoma de adaptación al español de términos de clara procedencia extranjera, inglesa en este caso? como no son autóctonos ¡deberíamos quizás rechazarlos?
Estamos de acuerdo que la lengua española está repleta de términos que se pueden utilizar y que casi han caído en desuso (y no por eso olvidados), pero ¿vamos a negar que sufra influencias más allá de sus fronteras? El lenguaje se desarrolla y evoluciona, como las personas y los individuos. Adaptación o no, se abren camino en la cotidianidad y de aquí a la normalización hay un pasito muy breve. Puedes tener aversión a los extranjerismos adaptados, claro, pero no puedes negar la evidencia de su integración, lo recoja la RAE o no.