Todo empezó por una exposición de fotos newyorkinas en un restaurante del Raval de Barcelona, el Sésamo. La idea era de ver esas fotos ya que dentro de poco quiero irme a New York, y porqué no tener un primer contacto con imagenes no usuales de esta ciudad. A ver, no eran fotos de la ciudad en sí tal como rascacielos o monumentos, más bien de personajes que van rondando por la city que ya se sabe se reconoce como EL estado de mente y centro artístico por antonomasia. Mi sorpresa fueron los personajes barceloninos ahí encontrados: bien por un lado y "me da igual "por el otro. Eso de ponerse en escaparate ya no es lo mio desde hace muuuuuuuuuuuuchos años (los años '90 ya finalizaron), y desde luego que yo con mi jersey a rayas horizontales blancas y negras desentonaba con la cantidad de polluelos post fashion que veía en todo mi alrededor. Los amigos de siempre estaban ahí: una suerte y una pasión que siento por ellos que para mi ya no existía nada ni nadie más. Sí soy muy mio , y que?! Tanto te importa? Pero ahí que viene un chico amable y simpático,muy llevadero; otro que en un plis te cuenta su vida y sus milagros, que le hace más interesantes que otros: pero la inmensa mayoría tenían conversaciones que no iban conmigo y decido pasar de ellos porqué no siento conexiones ni me encuentro a gusto, pasado de rosca como voy por cansancio y por un poco de borrachera, que a algunos les resulta desinhibidora y a otros, como yo, como un "corta un poco el rollo que ya tengo suficiente, chato?!".Por ahí otros personajes que ni me van ni me vienen pero que dan la sensación de pasarselo en grande. Que así sea. Les sigo un poco el hilo, dos charlas por ahí y otras cuatro por allá y me doy cuenta que ya esta manera de relacionarse me da exactamente igual , por no decir que me importa un pepino. Todo demasiado superficial y cada uno huyendo del acoso del otro que al final se hace muy pesado e inaguantable. Pero ahí seguía , clavado como la nieve de alta montaña guapo a la vista pero listo a deslizarme en cualquier momento. Sí, risas habían, no lo voy a negar pero algo fallaba . Nada, absolutamente nada. Así que después de dar tumbos con ellos en un hotel Barceló decido dejarles en su sitio, en su lugar y hasta luego y muy buenas. Por el camino de vuelta hacia mi morada no se porqué ni por como pero me vinieron a la mente dos comentarios de una de mis mejores amigas que cuando se mete a darle a la lengua no hay manera ni de pararle ni de tratar de hacerle entender mi punto de vista. Aun que he de decir que es un aspecto en ella que me gusta, ya que impone su propia personalidad y su ser. Sentí que en parte me dolían exactamente por esto: por no dejarme espacio a la replica, pero cuando la tía ya pilla posición no hay nada que la hace mover de sus tablas, eso ha sido y eso es!!! La verdad que cuando esto pasa, me mojo la yema del dedo índice y paso de pagina. Bueno esta fué otra noche barcelonina donde la gente viene y va, se toma sus drinks y a perrear un rato: y aquí también estaba yo, como eterno observador y más perro que nunca. Hasta la vista baby.
