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miércoles, 27 de enero de 2010

Rituales del viajero urbanita


Últimamente me está tocando dormir a menudo en un hotel, ya que en el trabajo me mandan a pasearme por media España y algo por el norte de Europa. Lo primero que hago al entrar en la habitación es quitarme mi uniforme, ponerme ropa más cómoda y poner mi pequeño beauty case en el lavabo: ahí pongo en un vaso la pasta de dientes con el cepillo, al ladito la espuma de afeitar con la cuchilla, la cera para el pelo, la crema hidratante y al otro lado el desodorante para mis sobaquitos. Ah y se me olvidaba que también meto en un rincón los calcetines y los calzoncillos limpios. Vamos todo un ritual para que en la mañana siguiente lo encuentre todo a mano y bajo control que uno a las 5 a.m. todavía no es persona especialmente si no se ha duchado y no ha desayunado. Pero hay algo más que hago como costumbre. Cojo la colcha de la cama y la apoyo en cima de la otra cama (suelo estar en una habitación doble a uso individual) ya que pienso que la colcha es una de las cosas que no suelen cambiar tan a menudo en un hotel y libero las sabanas de debajo del colchón sobre todo la parte en que se encontrarían mis pies. Es que no logro dormir en un hatillo cerrado tipo rollito de primavera. Es verdad que a veces se me olvida y así intento hacerlo cuando ya estoy echado en la cama pero también es verdad que es casi imposible hacerlo, que ya estoy por de bajo de la sabana y el colchón pesa horrores. Es más cuando logro hacerlo se libera también la bajera y por la mañana puede que me encuentre durmiendo directamente encima del mismo colchón, más valía dejar la colcha pues.
Después de hacer todos estos pasos, mi pensamiento se dirige hacía cada vez lo mismo, es decir algo que no me gusta de los hoteles. Está la sensación que te dan las sabanas, que siempre que te echas encima parece que te vas a deslizar y que no encuentres la manera de parar cotal movimiento y que pronto te vayas a encontrar en el suelo de moqueta: es que no son suaves como las de casa, sino más bien extrañas. Mirar, son como las toallas: parecen envueltos en una película transparente e invisible!
Y está también el telecomando de la tele: cuantos dedos de humanoides desnudos en la cama han apretado los botones?...bueno eso sería otra historia.
En fin chic@s se podría escribir todo un libro sobre la historia de la habitación de un hotel (de una hasta cinco estrellas) que no veas lo que podría contarnos. Os habéis nunca fijado en vuestra habitación hotelera y en sus detalles cuando habéis llegado en ella?Probar, ya me diréis!

viernes, 22 de enero de 2010

Dinamica del después del aterrizaje


Hace años que vuelo doquiera. Bien, una cosa que no entiendo de la gente es la velocidad con la que se levantan del asiento en cuanto el avión aterriza y se para. Las puertas están todavía cerradas y todos, absolutamente todos, ya están de pié, de bajo de los racks, en una postura absolutamente incomoda. Y esto pasa en todo tipo de vuelo, también en los que duran 25/30 minutos. Es más. Mi visión del asunto es un poquito más, digamos, amplia. Antes de salir a despegar se oyen mucha gente, sobre todo los ejecutivos, hablando por teléfono: cifras, budget, recortes, dividendos, lanzamiento de un producto, partnership y suma y sigue. Es que se quedan pegados al móvil hasta el último segundo porqué claro todo y todos son importantes. Si además están sentados cerca de una mujer a menudo se oyen frases del tipo: Sin mi no se hace nada, si digo que no es que no... y la verdad que uno se siente inútil frente a estos profesionales. Y quiero añadir aquí que más de alguno de ellos salta la comida, y esto se puede percibir por el olor que desprende su aliento. Después el avión aterriza y tan pronto como pueden encienden sus móviles, se levantan de golpe y mantienen una postura muy incomoda, como si fueran aves rapaces, es decir teniendo la cabeza bien inclinada hacia delante. Bien, en esta postura toda su inteligencia. Entonces, de pié en el pasillo, se disculpan y a veces piden perdón, pero todo eso para recuperar su propio equipaje de mano. Y nuevamente parados de pié. Bajan al autobús, y ahí esperan, otra vez de pié y enlatados como sardinas, el ultimo pasajero que se había quedado sentado hasta el final y que había hecho todo en tres segundos: se levantaba, recogía su maletín o mochila y bajaba. Subiendo el último al autobús era también el primero en bajarse a la terminal. Lógico no? En fin. Mi reflexión es la siguiente y está bien lejos de querer juzgar a alguien que al fin y al cabo no conozco personalmente pero que a lo largo del trayecto te da muchas pistas de como es en su propia casa (y ni os cuento de como estos dejan sus propios asientos: ¿se puede ser tan guarros?): los ejecutivos sabrán mover grandes capitales, pero su cerebro, más allá de los números, es bastante inexistente.

martes, 12 de enero de 2010

Embarazo


He tenido un sueño muy extraño la noche pasada. Solo recuerdo que estaba preocupado por el continuo crecer de mi barriga, pensando que estaba engordando. Así que pasé varios días comiendo solo una vez cada 24 horas. Mi sorpresa fué que no se como descubrí que estaba embarazado y que el feto tenía problemas de crecimiento así que me pusieron en un hospital y me daban nutrientes. En un plis la criatura que yo tenía en mi cuerpo creció de tal forma que ya tenía que dar a la luz, pero en la sala de parto por cuanto empujase no había sitio por donde el niño podía salir. Así que decidieron hacerme una cesárea (de esto recuerdo que me hicieron varios cortes en la barriga y yo preocupado por la estética de mi cuerpo, de como iba a quedar) pero los médicos no lograban sacarlo. Así que en un momento de su despiste poco a poco me lo saqué yo de mi barriga y todos alrededor aplaudieron la hazaña comprobando que el niño estaba en perfectas condiciones y que lloraba. Me puse a llorar de alegría sobretodo cuando tuve la oportunidad de tenerlo en mi regazo. Así me desperté en mi cama, con lágrimas a los ojos y con una felicidad inmensa que permeaba mi cuerpo. Volví a dormirme casi en seguida, y cuando por fin me desperecé y me fui al lavabo comprobé en el espejo la cara de trastornado que tenía.

Señores mios, si hay alguien algo froidiano y/o junguiano acepto las varias interpretaciones de este sueño verdaderamente poco comun y nada recurrente.

viernes, 8 de enero de 2010

AAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRGGGHHHHH


Después de cenar me tumbé en el sofá en el intento de mirar algo en la tele. Dicho hecho: ahí estaba con el mando zapeando por los cuatro programas que había y al final me quedé con la película "Los increíbles". No se exactamente lo que pasó pero lo único que recuerdo es que me desperté a las 2 y media de la madrugada. Pues apagué la tele y las luces y me fuí directo a la cama para seguir durmiendo, sin haber antes bebido un vaso de coca cola que me apetecía una bebida dulce y burbujeante. Empecé dar vueltas en la cama hasta que harto de no dormirme me levanté me fumé un cigarrillo y decidí leer el libro que está entre mis manos en esta época "Las nueves revelaciones". Leí unas cuantas paginas pero el sueño no se apoderaba de mi así que decidí apagar la luz del cuarto en el intento de por fin descansar. Nada. Más vueltas y el cerebro que ya llevaba horas en funcionamento tampoco me dejaba tranquilo. Me venía a la mente las charlas del día, compañeros de trabajo que me pidieron cederles mis días libres a lo que no accedí, mi idea de irme a Venecia a ver la familia eso si con un poco de desgana porque tampoco me hace mucho la idea, la preocupación de a ver si podré asistir a unas clases de fotografía a las que me apunté y el total aburrimiento de mi existencia actual. En fin todo esto mezclado me proporcionó una rabia y una intranquilidad que me poseía y que claro era la mayor razón del no poder dormirme: un cansancio del vivir que si aun no tengo ningún motivo para quejarme en la vida diaria ya que las necesidades básicas están más que cubiertas, me llevan al estado actual de mi situación que yo definiría de depresión.Se que mi alma está en pena y no encuentro sosiego en nada. Alguien me puede explicar como va la cosa? Me veo encerrado en casa desde hace ya mucho tiempo y no consigo ver la luz. Que si el frío y el tiempo en general pueda influir no me sirve de excusa y solo tengo "ganas" de deambular sin rumbo, pero tampoco lo hago. Me levanto luego por la mañana con intención de hacer esto y aquello y solo consigo pasearme por la casa, izquierda derecha, derecha izquierda, sofá, silla, ducha, silla, ordenador, leer, televisión, y suma y sigue. Solo me queda una pregunta: cuando acabaré con todo esto?