Video choice

martes, 28 de junio de 2016

That`s life

...and here we are again, in a summer night, pleased with this charming warm, but feeling weird with the world, well not the world in itself, just weird with my thoughts that are a world. I'm missing my friends, my beloved ones, the ones that care about me. I know they are out there, but I'm still missing a special one, that to me it looks like missing a bit, or a piece of a life. No romantic ideas here, just the reality of a missing desire that never comes, or I suppose so. And that is what makes me tired and helpless. 
No, I'm not complaining, but at times it becomes so hard to deal with it, better saying with myself about it. Time passes away so quickly now, and well, I'm intended to grasp every minute of it, whatever it comes, even though I'm not really opened at everything, and THAT makes me think about wasting moments that somehow I don't realise they are precious. So in this night I feel I have to calm down and embrace the whispering silence that makes you find the balance between your soul and your expectations, mine high hopes for a considerable change that I don't dare to grab from its nettle.
Just saying. 
Let's ride the wings of existence. The power of the unconsciousness.

lunes, 18 de abril de 2016

Donde están los limites?

Recién entregado en un nuevo proyecto que todavía no se si lo llevaré a cabo o es excusa para sentir que estoy haciendo algo útil con mi vida egoístamente hablando, me encuentro con la pregunta: "¿Cómo se establece el límite de los nombres (sustantivos) que traducimos y los que no?" 
Mi respuesta me parecía algo lógica : "Tengo constantemente presente que la lengua, las lenguas son vivas y se van renovando, adaptando y modificando, sobretodo en los tiempos en que vivimos, los de la globalización, y la gente se está acostumbrando cada vez más a viajar  y a conocer otras culturas y otros mundos y hacerlos suyos. Está claro que aquí sufrimos y soportamos continuamente aportaciones extranjeras: ¿spanglish? Con lo cual a mi parecer el límite está puesto constantemente por la actualidad, por el momento que se vive y que no olvida las tradiciones socio-culturales del país en que se reside y por la integración mundial. A falta de algo igual o parecido, o mejor dicho de un equivalente, se adopta y se hace propio. ¿queremos recordar el "balconing" y el "mamading" de hace pocos años?".
Bueno la respuesta fue : "Basta de talkear, back to work, pipol." basada en una experiencia en Estados Unidos, donde al parecer el interlocutor registró una pésima traducción y/o interpretación de los interpretes inglés-español utilizando el spanglish como si fuera lengua reconocida: "procedimos a vacunar la carpeta" decían, que no es otra cosa que " we vacuumed the carpet" es decir, "fuimos a pasar la aspiradora por la alfombra". 
Bueno, quizás el caso americano sea un caso a parte, ya que cuando estás inmerso en otra cultura y otra lengua durante años y años, es normal que te falle tu propia lengua materna,.... a mi me pasa constantemente, cual buen extranjero......., pero ¿qué decir de los términos post, blog tuit? Menos el primero, los demás están recogidos por la RAE.... y ¿qué decir de sus derivados, que oigo y leo cada vez más, como " he posteado.....", "he  blogueado..." o "he tuiteado...."? No es síntoma de adaptación al español de términos de clara procedencia extranjera, inglesa en este caso? como no son autóctonos ¡deberíamos quizás rechazarlos?
Estamos de acuerdo que la lengua española está repleta de términos que se pueden utilizar y que casi han caído en desuso (y no por eso olvidados), pero ¿vamos a negar que sufra influencias más allá de sus fronteras? El lenguaje se desarrolla y evoluciona, como las personas y los individuos. Adaptación o no,  se abren camino en la cotidianidad y de aquí a la normalización hay un pasito muy breve. Puedes tener aversión a los extranjerismos adaptados, claro, pero no puedes negar la evidencia de su integración, lo recoja la RAE o no.

domingo, 21 de febrero de 2016

La Idea

Estaba sentado en el sofá mirando desde la puerta de la terraza, rigurosamente cerrada, como iba apagándose el día. Escuchaba al mismo tiempo mi propia respiración acatarrada, con ese sibilo de hombre enfermo y viejuno. El aire ahí fuera era muy terso y limpio pero algo ya venía atormentándome desde esa misma mañana, entre los brebajes que tenía que tomar y los pensamientos positivos de auto sanación que quería que se me grabaran a fuego en el cerebro para no estar constantemente repitiéndolos. La idea, sí La Idea de que todo aquí ha acabado, de que nada ni nadie me está esperando,de que ya es tiempo de marchar, de que se ha agotado el tiempo para mi en esta ciudad y que no tengo nada más que hacer ni que decir, me llenó repentinamente de una profunda tristeza, miseria y nostalgia en toda su vertiente certera y acertada. Se me escapó una lagrima de dolor, miedo y terror aunque en su faceta esperanzadora, viéndome catapultado en la Sotonera a contemplar una puesta de sol de pleno verano: una cálida, cariñosa y acogedora tranquilidad.
 Esa convicción permanece todavía muy vivida bajo mi piel hoy, y una canción: